Al responder esta pregunta desde mi perspectiva, no me queda otra que reflexionar sobre mi experiencia de vida. Me encantó ser abogado y desarrollarme como tal. Tuve a mis hijos y adoré ser madre, además intentando hacerlo de la mejor manera posible, aunque nadie te enseña cómo ser padre, siempre pidiéndole a Dios que no se me olvidarán las cosas que hice y las cosas que no me gustaban en mi niñez y adolescencia. Asumí los retos que la vida me fue presentando, reinventándome y poniendo lo mejor de mi para vivir en un nuevo país, adaptándome a nuevas costumbres, hábitos, tradiciones, etc. Sin olvidarme de mis otros roles como mujer, hermana, prima, sobrina, amiga. Además, estudiando sin cesar y lo cual aún sigo haciendo, buscando la excelencia en cualquier área que se me ocurra incursionar, porque siempre he creído en la educación. Sin embargo, siempre algo dentro de mí, y hoy entiendo que es voz interior, mi ser superior que se preguntaba ¿Quién soy? ¿cuál es mi misión o propósito de vida? ¿Estoy completamente satisfecha con lo que he hecho hasta ahora o necesito algo más? ¿Estoy haciendo lo que me apasiona y me hace feliz? Al reflexionar, respirando cada día, señales y respuestas surgieron desde mi corazón, por esta razón que me encuentro hoy emprendiendo esta nueva aventura.